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martes, 24 de novembro de 2009

Educación de calidad universal, pública y gratuita

Ahí va la primera aportación "de verdad" al blog. Se trata de un artículo que publiqué (bueno, más bien me publicaron) hace algo más de un mes en Diario de Ferrol relativo al nuevo sistema de "gratuitad solidaria" del Gobierno de la Xunta, totalmente injusto a mi modo de ver. A pesar de que el curso esté ya bastante avanzado, pienso que se trata de un tema que no podemos olvidar y en el que, desde diferentes frentes, debemos seguir trabajando para conseguir retomar el anterior sistema de préstamo. Pero es que, además, los argumentos de "austeridad" esgrimidos en su día por el Ejecutivo del PP para echar por tierra avances y derechos sociales consolidados en estos últimos años chocan con otras medidas de claro despilfarro en una época de crisis como esta, algunas públicas y notorias, y otras de más corto alcance, como puede ser que la Xunta haya pagado la comida a las más de ¡¡400 personas!! que participaron en un curso gratuito en Santiago... Y que cada uno saque sus propias conclusiones...


"No tengo ningún tipo de vinculación familiar con Amancio Ortega –empresario al que menciono porque precisamente fue citado con respecto a este tema por responsables de la Xunta-. En realidad, lejos de pertenecer a la llamada clase alta o incluso acomodada, formo parte de esa gran masa de ciudadanos de la clase trabajadora a la que la Consellería de Educación no subvencionará los libros por “solidaridad”, como ellos mismos venden a bombo y platillo, con… ¿Los colegios del Opus Dei? Pero más allá de los criterios establecidos por el Gobierno de la Xunta del PP para otorgar las ayudas –en muchos casos no alcanza ni el 50% del valor total de los mismos-, lo cierto es que lo que muchas madres y padres rechazamos de lleno es el sistema en sí mismo.

Para ello, parto de la convicción más profunda de que la Administración tiene que garantizar una educación pública universal, de calidad y gratuita. Sí, gratuita. ¿O es que a alguien se le ocurre ir al Arquitecto Marcide con un botiquín cargado de material médico y quirúrgico por si tienen que operar y carecen de los medios para hacerlo? Durante muchos años, la sociedad ha venido luchando, con más o menos apoyo de los poderes públicos, para alcanzar estos objetivos y hasta hace sólo unos meses los gallegos y gallegas, al margen de otras demandas todavía por conseguir, podíamos presumir de ser los que menos dinero invertíamos en la llamada “vuelta al cole”. Pues bien, lo que se había convertido en un derecho de la ciudadanía, el asistir a clase con libros “prestados”, se ha eliminado de un plumazo bajo la excusa de la crisis y de que, en realidad, sólo hay que ayudar a unos pocos.

El primer argumento se cae por sí solo, ya que la partida presupuestaria para tal fin sí estaba consignada y, de hecho, desde algunos foros se ha asegurado que ese dinero ha ido a parar a una serie de colegios del Opus Dei. En todo caso, pienso que aunque no hubiese dinero la Administración autonómica debería buscarlo, como hizo, por poner un par de ejemplos, con las encuestas sobre el gallego o con el cambio de logo de las ahora denominadas “escolas infantís”. Y entonces ya estábamos en crisis.

En cuanto al sistema de ayudas, sólo beneficia –si se puede decir así- a unas cuantas familias y, además, se están dando casos de niños y niñas, que ante la imposibilidad de sus padres de comprar los libros –las ayudas se dan a posteriori-, están acudiendo al colegio sin el pertinente material. Resulta preocupante que en pleno siglo XXI volvamos a abrir una brecha entre los que tienen libros y los que no o, lo que viene siendo lo mismo, entre ricos y pobres.

Tampoco podemos olvidar otro de los valores fundamentales del anterior sistema de préstamo: el del cuidado y respeto por el material. En una sociedad como la actual, en la que los jóvenes muchas veces no aprecian el valor de las cosas, resultaba tremendamente educativo que se hiciesen cargo del cuidado de los libros. Ahora, tal y como “vende” el PP, los niños y niñas tendrán los libros “en propiedad”, lo que parece que da carta blanca para que se pueda hacer con ellos lo que se considere, es decir, cuidarlos o no…

Ante un tema como este, las madres y padres debemos hacer causa común y movilizarnos. Movilizarnos sin siglas políticas y hacerlo simplemente como personas, como afectados por una política que, si duda, destruye lo que para muchos es un derecho fundamental y prioritario: el de la educación".

1 comentario:

  1. Realmente, parece que aún no somos conscientes de que el derecho a la educación es uno de los fundamentales del individuo. Y sin gratuidad TOTAL no existe derecho. Me encantaría saber quiénes son los dueños de las Editoriales que se forran a nuestra costa y quiénes son sus poderosos amigos...
    Por desgracia, las clases existen y las desigualdades sociales son enormes. A nadie le cabe ninguna duda de que hay gente que VIVE COMO DIOS (sin dar un palo al agua, por lo general) y, lamentablemente, estas desigualdades son la coartada para que se produzcan cambios como este sobre la gratuidad de los libros de texto. De repente hay voces que denuncian (no sin parte de razón) que hay padres que sí pueden permitirse pagar los libros de sus hijos sobradamente y, claro, los peperos aprovechan la coyuntura para que se joda todo el mundo. "¿Qué hay desigualdades? ¿Qué me están contando? No, no, no y mil veces no. Nosotros los peperos, adalides de la democracia, vamos a defender la igualdad a toda costa. Que pague todo el mundo sus libros y asunto arreglado..." ¡Tócate la peineta!
    Es que no hay nada como un listillo con la sartén por el mango para que la mayoría nos quedemos sin catar la tortilla...

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